El versículo 41 de Marcos 4 dice: "Ellos se llenaron de miedo, y se preguntaban unos a otros: —¿Quién será este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?". (Marcos 4:41). Muestra el asombro de los discípulos después de la calma. El temor reverente reemplazó el miedo humano. Los discípulos temieron aún más después del milagro: “¿Quién es este...?” Este temor ya no era de pánico, sino de reverencia — el reconocimiento de que estaban ante el Santo. El Señor Jesús reveló progresivamente su gloria; este milagro fue un adelanto de su autoridad que manifestó en la resurrección. El verdadero milagro no fue que el mar se calmara, sino que los discípulos comenzaron a ver quién era realmente Jesús.
Alabemos al Señor como el salmista: "Pero en su angustia clamaron al Señor, y él los sacó de la aflicción; convirtió en brisa la tempestad, y las olas se calmaron. Al ver tranquilas las olas, se alegraron, y Dios los llevó hasta el puerto deseado. Den gracias al Señor por su amor, ¡por lo que hace en favor de los hombres! ¡Aclámenlo al reunirse el pueblo! ¡Alábenlo en la reunión de ancianos! (Salmos 107:28-32)
Leer y meditar: Marcos 4:39-41. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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