Necesitamos ser obedientes a la Palabra del Señor. Josué 1:7,8: "Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien."
También requiere que seamos radicales para el bien (“no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra” - v. 7).
La meditación diaria en la Palabra de Dios y obedecerla debe convertirse en un hábito (“...de día y de noche… para que guardes y hagas…” - v. 8). El salmo uno también nos enseña sobre la importancia de meditar diariamente en la Palabra del Señor, y sobre los resutados extraordinarios de este sencillo pero poderoso y transformador hábito (Salmos 1:1-3)
Obedecer fielmente al Señor trae prosperidad (“para que seas prosperado en todas las cosas…” - v. 7,8)
Leer y meditar: Salmos 1:1-6. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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