Continuamos nuestra meditación en el Salmo 19, aprendiendo más sobre el llamado del Señor al compromiso con Su Palabra. La tercera declaración la encontramos en el versículo 8: "Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón". La palabra de Dios y los mandamientos contenidos en ella son rectos. Son moralmente rectos, son rectos en la práctica y son universalmente rectos. Son rectos porque es la revelación de un Dios que es santo, verdadero y siempre recto. “Hacer recto, suave, correcto, bien, opuesto a lo torcido en la mente o en la conducta; mostrando lo que el hombre debe ser, tanto por dentro como por fuera”. (Clarke). El que conoce la palabra de Dios y al Dios de la palabra, se regocija en esto. Encuentra gozo, placer real en la verdad de Dios y la relación con Dios revelada en Su palabra.
La cuarta declaración es "El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos". Debido a que la palabra de Dios proviene de un Dios que es puro y santo, la palabra misma es pura. Un Dios puro no puede comunicarse de otra manera. Nunca tenemos que preocuparnos de que la palabra de Dios lleve a las personas al pecado o la impureza. Esta palabra pura alumbrará los ojos. Traerá la alegría, el consuelo, el conocimiento y la confianza que brinda una luz en medio de las tinieblas.
Leer y meditar: Mateo 7:24-27. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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