sábado, 3 de mayo de 2025

Devocional mayo 3/2025

Marcos 10:45 dice: "El Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos". Y aquí nos maravillamos de algo precioso y es la palabra rescate. Cuando nosotros pensamos en rescate quiere decir que alguien puso un valor sobre nuestra vida y alguien lo pagó, porque al que estaban rescatando no podía. Ubícate en la figura de un secuestrado. La palabra de Dios dice "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate..." El Señor Jesucristo vino a rescatarte, Él te dice: "Yo te rescaté y para hacerlo tuve que ir a la cruz, tuve que pagar un precio muy alto y el precio era mi sangre."  Esta es una de las grandes declaraciones que Jesús hizo de Sí mismo y Su ministerio. Él es aquel que está en el lugar de pecadores culpables y se ofrece a Sí mismo como sustituto. "La metáfora del rescate resume el propósito por la cual Jesús dio su vida, y define la expresión entera de su servicio. La noción persistente detrás de la metáfora es aquella de liberación por medio de compra, ya sea de un prisionero de guerra, un esclavo, o una vida fortuita, los cuales son los objetos a ser liberados. Debido a que la idea de equivalencia, o sustitución, era apropiada para el concepto de rescate, se convirtió en un elemento integral en el vocabulario de redención en el Antiguo Testamento. Habla de liberación que connota la servidumbre o encarcelamiento de la cual un hombre no se puede liberar a si mismo." (Lane)

Juan 8:36 dice: "De manera que si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres". Tú eres verdaderamente libre porque Cristo pagó el precio. El Señor Jesucristo vino a rescatarte para que no quedes bajo maldición. Si Cristo está en tí eres libre de la esclavitud del pecado. Al redimirte por su sangre, Satanás ya no tiene control  sobre tu vida, el Señor te ha hecho libre, te ha santificado, te ha justificado delante del Padre. Cuando llegue el momento para que te presentes en la eternidad te va a mirar y va a ver a Cristo en ti cubriéndote y te va a decir: "Sigue, no hay problema porque tú fuiste justificado, perdonado y Satanás ya no tiene poder sobre ti". Si somos liberados de nuestra esclavitud al pecado – liberados por el Hijo, y liberados por permanecer en la palabra de Jesús y ser sus discípulos, entonces somos verdaderamente libres, teniendo verdadera libertad que contrasta con la “libertad” que los fariseos ciegamente afirmaban tener en Juan 8:33.

"Si el Hijo os libertare": “Así el esclavo del pecado no puede por sí mismo cambiar su estatus. No se puede convertir a sí mismo, ni tampoco puede ser convertido por ningún otro pecador… El liberador de nuestra esclavitud debe venir de afuera de las filas de la humanidad esclavizada.” (Tasker)

“Si somos esclavos del pecado, entonces podemos ser transferidos de su casa y llevados a nuestro verdadero hogar en la casa de nuestro Padre. Aquí, entonces, está la bendita esperanza para todos nosotros.” (Maclaren).

Lee y Medita:Juan 8:31-38. Responde las siguientes preguntas: - ¿Cuál es la idea central del pasaje? - ¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él? - ¿Hay un mandato o promesa para mí? - ¿Hay pecados que tengo que abandonar? - ¿Qué compromisos me pide Dios hacer? - ¿Hay ejemplos que debo seguir?



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