MANERAS INCORRECTAS DE REACCIONAR A LA DISCIPLINA DE DIOS” (Hebreos 12:5,15)
Tal vez recuerdes algún momento de tu niñez en el cual reaccionaste a la disciplina de tus padres de una manera inadecuada. Veamos algunas maneras que estos versículos mencionan, en las que no deberíamos reaccionar a la disciplina del Señor.
La primera es menospreciarla. Hebreos 12:5: “… Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor”
La segunda es desmayar (desanimarnos) por la disciplina. Hebreos 12:5: “… ni desmayes cuando eres reprendido por él”
La tercera es permitir que broten en nuestro corazón "raices de amargura". Hebreos 12:15: “… que brotando alguna raiz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.
Proverbios 3:11,12 nos recuerda que la disciplina de Dios nunca debe tomarse como una señal de rechazo. Es más bien una señal de que nos trata como sus hijos. Solo el cristiano más arrogante afirmaría que nunca tiene necesidad de la disciplina de Dios. Nadie está por encima de este tipo de entrenamiento. Cuando viene la disciplina, es una ofensa para Dios si la despreciamos. La disciplina es su amorosa herramienta de corrección y debemos recibirla con gratitud. Este es el entrenamiento que necesitamos para correr la carrera que debemos correr con paciencia (Hebreos 12:1,2).
Santiago nos recomienda que hagamos una oración por sabiduría en el contexto de soportar las pruebas (Ssntiago 1:2-5). Necesitamos saber cómo reaccionar de diferentes formas cuando Dios hace diferentes cosas.
Leer y meditar: Proverbios 3:5-12. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
-¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
-¿Qué compromisos me pide Dios hacer?
-¿Existen ejemplos que debo seguir?
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