Marcos 4:26-29 NVI: "Jesús continuó: «El reino de Dios se parece a quien esparce semilla en la tierra. [27] Sin que este sepa cómo, y ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota y crece la semilla. [28] La tierra da fruto por sí sola; primero el tallo, luego la espiga y después el grano lleno en la espiga. [29] Tan pronto como el grano está maduro, se mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha»."
Cuando un agricultor planta la semilla y ésta crece de noche, y ve que la semilla ha brotado en la mañana, ha hecho lo que él ha podido hacer - plantar la semilla; y Dios ha hecho lo que Él únicamente puede hacer: hacer brotar la semilla. Esto nos muestra que la palabra de Dios obra de manera invisible dentro de nosotros. Dios promete que Su palabra cumplirá el propósito por el cual Él la manda, como dice Isaías 55:10-11: "Así como la lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, y producen la semilla para sembrar y el pan para comer, [11] así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto, sino que hace lo que yo quiero y cumple la orden que le doy." (DHH94I). Así que cuando escuchamos la Palabra del Señor, esta obrará en nosotros - aún cuando estemos dormidos, obra espiritualmente, de una manera que es invisible para nuestros ojos.
"Sin que él sepa cómo": Cómo exactamente la semilla crece, es un misterio para el agricultor. A pesar de que crece por medio de un proceso que él no puede ver, él tiene fe en el proceso de crecimiento. Así es con el Reino de Dios: nosotros trabajamos en compañerismo con Dios, pero el verdadero trabajo lo hace Él - nosotros confiamos en el proceso que no podemos ver o comprender completamente.
El Señor Jesús había dicho que la Parábola del sembrador es clave para entender otras parábolas (Marcos 4:13), podemos decir que la semilla de la cual Él habla representa la Palabra de Dios. Por lo tanto, con esta parábola muestra la manera en que la palabra de Dios obra con un poder escondido y misterioso, de la misma manera que la semilla.
Leer y meditar: Marcos 4:26-29. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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