Continuamos leyendo y meditando en el capítulo 10 del evangelio de Marcos, hoy estamos en los versículos 13 al 16: "Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. 16Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía."
Los niños eran traídos al Señor y los tomaba en los brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía. Es evidente que para Él los niños son muy importantes y especiales. De hecho, dice el pasaje que se indignó porque los discípulos reprendían a las personas que los presentaban. La antigua palabra Griega utilizada para presentaban (prosphero) sugiere que ellos trajeron a sus niños a Jesús para ser dedicados. “La palabra es comúnmente utilizada para sacrificios, y sugiere aquí la idea de una dedicación.” (Bruce). A los niños les encanta venir al Señor Jesús, ellos lo aman y Él los ama de manera especial. Nosotros jamás debiéramos bloquear su camino – o fracasar en proveerles un camino. ¿Existe alguna razón por la cual no debamos traer a nuestros propios hijos ante Jesús? Más bien, hay demasiadas razones para que se los presentemos y seamos intencionales y efectivos en ayudarles a conocerlo y seguir Sus caminos. Una de las maneras más hermosas y poderosas de hacerlo es orando por ellos diariamente. Otra muy importante, es siendo buenos ejemplos que ellos puedan imitar. Es nuestra responsabilidad como padres y madres, enseñarles los principios eternos de vida que están en la Palabra del Señor: "Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. 19Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, 20y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; 21para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra" (Deuteronomio 11:18-21).
Leer y meditar: Marcos 10:13-16. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario