miércoles, 3 de diciembre de 2025

Devocional diciembre 3/2025

 Cuando el Señor llegó al templo se enojó mucho por lo que encontró: "Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 16y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. 17Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. 18Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. 19Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad." (Marcos 11:15-17).

Lo que vio le desagradó profundamente. El templo estaba lleno de animales y de comerciantes que explotaban a los adoradores que iban allí procedentes de todas las naciones. Pero lo que aun era peor que la suciedad y el mal olor que todos aquellos animales pudieran producir, era la suciedad moral y espiritual de la clase sacerdotal que dirigía el templo para su propio beneficio. Aparentemente todo funcionaba correctamente; las ceremonias, los sacrificios, la música... pero la realidad era totalmente diferente. Como el Señor ilustró por medio de la maldición de la higuera estéril, la abundancia de hojas sólo servía para esconder la falta de fruto. Por eso, todos aquellos peregrinos que llegaban a Jerusalén con la esperanza de encontrar verdadero alimento espiritual para sus vidas, se quedaban vacíos y se sentían víctimas de la explotación que los dirigentes espirituales llevaban a cabo en el nombre de Dios. Pero a los sacerdotes, nada de todo esto parecía importarles, lo único que les inquietaba eran los romanos, que habían colocado su cuartel justo al lado del mismo templo, y que además se llevaban una parte importante de sus beneficios. Pero a parte de esto, ellos se creían justos, y estaban esperando a que Dios enviara al Mesías para que acabara con sus enemigos.

 Veamos lo que escribió Malaquías: "Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia? He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quien podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos." (Mal 2:17-3:4).

Leer y meditar:  Marcos 11:15-17. Responda las siguientes preguntas:

-¿Cuál es la idea central del pasaje?

-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?

- ¿Existe un mandato o promesa para mí?

-¿Hay pecados que tengo que abandonar?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Devocional diciembre 6/2025

Este fin de semana te invitamos a repasar los devocionales de la semana, en el capítulo 11 del evangelio de Marcos.