miércoles, 12 de octubre de 2022

Herencia del Señor son los hijos


 ¿Qué son los hijos para nosotros? ¿Son una bendición? En Salmos 127:3,4 dice: "He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud." En primer lugar, dice que los hijos son "herencia de Dios". Vamos a tomar esta declaración para hablar de lo que significa. Podemos mencionar tres cosas: La primera, significa que son propiedad Divina, son propiedad de Dios. Él los creó, los diseñó, los pensó, y los entregó en nuestras manos para que los cuidemos y les enseñemos. En segundo lugar, también significa que nos fueron dados en préstamo para trabajar en ellos, somos responsables, Dios nos ha dado ese privilegio, esa oportunidad hermosa de poder trabajar en ellos durante nuestra vida para ayudarlos a desarrollarse. Y, en tercer lugar, significa que Dios los pone en nuestras manos para guiarlos a esos propósitos que tiene para cada uno de ellos. 

La segunda expresión que encontramos en el pasaje mencionado, es esta: "Cosa de estima el fruto del vientre". Esto implica, en primer lugar, que nuestros hijos son el resultado del amor nuestro, del amor de sus padres. La vida es el resultado del amor, ¡qué hermoso! Ahí comienza todo. En segundo lugar, implica que nuestros hijos merecen ser cuidados, atendidos, guiados y enseñados. Tenemos esa tarea hermosa como "agricultores", como "sembradores", como "jardineros"; de cuidar esas vidas que un día fueron sembradas y brotaron en nuestras manos. En tercer lugar, implica que ellos deben crecer y desarrollarse de la mejor manera con la Palabra del Señor. En 2 Timoteo 3:16,17 dice:  "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."

La tercera expresión en Salmos 127:3,4 es esta: "Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud". Para nosotros como padres, significa que nuestros hijos deben ser preparados. Una saeta (flecha) se prepara. En el contexto de la Biblia, en la antigüedad, las flechas eran hechas a mano por artesanos, de un material especial y en un proceso muy especial. Es nuestro privilegio prepararlos. También significa que debemos ayudarles a encontrar el propósito de sus vidas; así como la flecha es lanzada a un "blanco", nuestros hijos deben ser lanzados hacia un blanco,  hacia un propósito para el que fueron creados. Para esto es necesario que les enseñemos a tomar decisiones correctas, lo que tiene que ver con la dirección que les damos, hacia dónde se van a dirigir sus vidas. "Como flechas" también incluye darles impulso, motivarlos, animarlos.

Ricardo Millán 

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