En Salmos 127:3,4 se nos enseña la importancia de que los padres no seamos "arcos indisciplinados", en el desafío de lanzarlos hacia el futuro, a esos objetivo claros y distantes. No debe haber ambivalencia en nuestro desempeño como los "arqueros" al lanzarlos como flechas. Ellos necesitan que les ayudemos a tener claro de dónde vienen (sus raíces, ancestros, historia) y a dónde van. Si no lo hacemos, la trayectoria de sus vidas sería vacilante, inestable.
Dentro de nuestro desempaño como "arcos disciplinados", es necesario que les ayudemos a desarrollar tres disciplinas: la disciplina del perdón, la disciplina de enfocarse en lo positivo y la disciplina de comenzar algo nuevo.
Sobre la disciplina del perdón, en Mateo capítulo 6 versículo 12, dentro del Padre nuestro, el Señor Jesús dijo: "Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores." Es necesario que el perdón hacia los demás se vuelva un hábito y una disciplina practicada. Nuestros hijos necesitan descubrir que la Gracia de Dios es suficiente. Recuerdo la historia que sucedió en un aula de clases: el tema era el resentimiento y el maestro había pedido que cada estudiante llevara aquel día, papas y una bolsa de plástico. Ya en la clase, cada uno debía elegir una papa por cada persona a la que le guardara resentimiento, escribir el nombre en cada papa y ponerlas dentro de la bolsa y cargarlas durante toda la semana. Algunos estudiantes tenían bastantes papas en su bolsa, así que se hizo pesado e incómodo, especialmente cuando las papas comenzaron a podrirse. Así que, la gran lección fue que así mismo pasa con la falta de perdón: se convierte en un gran peso que empezamos a cargar, es una gran molestia, una gran incomodidad, y entre más pasa el tiempo se hace mucho más complicado. Cuando perdonamos, en cambio, sacamos esas "papas" de nuestra bolsa, sacamos eso podrido del corazón, ese veneno, y esto nos trae una tremenda liberación.
Sobre la disciplina de enfocarse en lo positivo , Winston Churchill dijo: “La actitud es una pequeña cosa, que hace una gran diferencia". También Voltaire dijo: "La vida es un naufragio, pero no debemos olvidar cantar en los botes salvavidas". Jimmy Dean dijo: "No puedo cambiar el viento, pero puedo ajustar las velas para llegar siempre a mi destino". En la Palabra del Señor, en la epístola a los Filipenses capítulo 4 versículo 8 dice: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad." Así que, esto podemos y necesitamos enseñar a nuestros hijos: practicar la disciplina de enfocarse en lo positivo, cultivar actitudes positivas, recordar y enfatizar siempre lo bueno.
La otra disciplina que nuestros hijos necesitan practicar es la de empezar algo nuevo. ¡Qué importante! que podamos transmitirles este hábito de siempre empezar algo nuevo. Lo primero que tenemos que tener en cuenta y nos va a ayudar en este desafío, son las promesas de Dios. Su Palabra está llena de promesas que nos alientan, que nos ponen por delante nuevos horizontes. Cuando Él nos llama como llamó a Abraham, como llamó a Moisés, como llamó a Nehemías, a cada hombre y mujer de la Biblia y de la historia, fue para comenzar algo nuevo. Puso un horizonte nuevo que abrió delante de cada uno de ellos, para que avanzaran hacia nuevos desafíos. La obra de Dios comienza en cada persona a partir de sus circunstancias. "El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás. Te darás cuenta de que lo que hoy parece un sacrificio, mañana terminará siendo el mayor logro de tu vida". "La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla; si uno la empuja, la cierra cada vez más". Esta es una hermosa disciplina que podemos y debemos transmitir a las siguientes generaciones: "Comenzar algo nuevo."
Ricardo Millán
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