El Señor nos limpia (poda) por medio de Su Palabra (Juan 15:3)
Dios usa Su Palabra para revelarnos si no estamos viviendo según Su voluntad. La prueba decisiva que revela si una persona es genuina en su relación con Dios, es si está estudiando la Palabra de Dios, y si está dejando que esa Palabra influencie su vida. Dios quiere que seamos obedientes a Su Palabra.
Salmo 119:67: "Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; pero ahora guardo tu palabra."
Salmo 119:71: "Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos." Él nos limpia por medio de la Palabra. Él usa la aflicción para traernos a Su Palabra, para que podamos ser útiles para sus propósitos. Este poder limpiador de la Palabra de Dios es maravilloso, es un verdadero milagro.
1 Pedro 1:22, 23: "Al obedecer a la verdad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido. Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro, pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre."
En primer lugar, fuimos renacidos mediante la Palabra de Dios, y por tanto fuimos limpiados una vez y para siempre de nuestros pecados. Luego, en nuestro caminar, al vivir nos ensuciamos, y por tanto necesitamos la Palabra de Dios para limpiarnos continuamente. Ésta es una de las razones por las cuales es necesario estudiarla para ser limpiados.
Salmo 119: 9: "¿Con qué limpiará el joven su camino?", y responde, "Con guardar tu palabra".
Leer y meditar: Salmos 119:1-11. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
-¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
-¿Qué compromisos me pide Dios hacer?
-¿Existen ejemplos que debo seguir?
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