jueves, 17 de julio de 2025

Devocional julio 17/2025



La tercera clave para recibir la guía del Señor es trazar buenos planes. Muchas personas solo existen, no viven. No tienen un plan definido en su vida. Sin objetivos y sin planes solo nos movemos, pero no progresamos. 

Dediquen tiempo en familia a escribir un plan. Puede ser en el área financiera, un nuevo negocio, o un proyecto familiar. Preséntenselo a Dios, consúltenlo con otros y comiencen a implementarlo (1 Crónicas 4:10)

Dice la palabra del Señor en Proverbios 21:5 (RVR1960): "Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia, mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza." La Nueva Versión Internacional (NVI) lo traduce así: "Los planes bien pensados producen ganancias; los apresurados traen pobreza." (Proverbios 21:5). Ahora mirémoslo en la Nueva Traducción Viviente: "Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza." Así que tiene el sentido de planes.

Cuando en Jeremías 29:11 dice el Señor, "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros...", dice la Nueva Versión Internacional: "Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes..." ¿No es verdad que abarca mucho más que pensamientos? Un plan es algo elaborado, algo que se escribe, que tiene una programación, una evaluación, un diagnóstico, unas fechas. La Biblia habla de que Dios quiere que tú y yo hagamos planes. ¿Y qué pasa cuando hay planes bien pensados? Producen ganancias. 

También dice Proverbios 16:9 que "El corazón del hombre piensa su camino (hace planes), mas Jehová endereza sus pasos". Están las dos cosas. Él nos guía, nos muestra planes, también endereza nuestros pasos.


Leer y meditar:  Proverbios 16:9; 21:5; Jeremías 29:11. Responda las siguientes preguntas:


-¿Cuál es la idea central de los pasaje?


-¿Qué me enseñan acerca de Dios y mi relación con Él?


-¿Existe un mandato o promesa para mí?


-¿Hay pecados que tengo que abandonar?

1 comentario:

  1. Dios me está enseñando que la planificación forma parte de una vida sabia y bendecida. No puedo seguir improvisando o esperando que las cosas caigan del cielo. Él desea que piense, evalúe, organice y consulte antes de actuar. Al mismo tiempo, me recuerda que Él tiene el control final y que mis planes deben ser puestos en oración para que Él los dirija. El Señor no premia la prisa ni la improvisación, sino la diligencia y la dependencia en Él.

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