martes, 5 de agosto de 2025

Devocional agosto 5/2025


 

En la extraordinaria descripción del amor que encontramos en el capítulo 13 de la primera epístola a los Corintios dice: "El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso, ni presumido, ni orgulloso." (1 Corintios 13:4)

Paciencia en el Nuevo Testamento viene el griego makrothumos. En el original griego está esa palabra cuando dice "paciencia" en esta traducción, y significa "tomarse el tiempo para hervir". Recordemos esos momentos en los que nos enojamos, es como que nos hierve algo por dentro. Así es el enojo, uno siente que un calorcito se le sube y es como que empieza a hervir, ¿verdad? El alma, el ánimo comienza a calentarse y así usamos la expresión nos "calentamos" y subimos la voz y empezamos a decir cosas que no diríamos cuando no estamos enojados. Es algo característico; cuando estamos enojados decimos cosas y hacemos cosas que no haríamos al estar tranquilos. Y muchas veces cosas muy fuertes, cosas muy dañinas, muy dolorosas, que a veces causan efectos irreversibles en las personas y en las relaciones. ¡Qué fuerte todo eso! Y acá el Espíritu Santo está diciendo que una característica del amor es que se toma el tiempo para hervir. 

Y en Santiago 1:19-20 dice: "Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, pero no apresurarse para hablar ni para enojarse; pues el enojo de una persona no produce la vida justa que Dios quiere." Nuestro enojo simplemente defiende nuestra propia agenda, proviene de estar centrados en nosotros mismos y no en Dios ni en los demás. Es eminentemente egocéntrico, es opuesto al amor.

Si realmente queremos vivir "Reconectados" necesitamos practicar el amor de Dios. Por esa razón esta semana estamos reflexionando y buscando desarrollar paciencia (como expresión de ese amor de Dios) en nuestras relaciones familiares.

Leer y meditar: Santiago 1:19-25. Responda las siguientes preguntas:

-¿Cuál es la idea central del pasaje?

-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?

- ¿Existe un mandato o promesa para mí?

-¿Hay pecados que tengo que abandonar?

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