Estrategias para manejar el enojo:
3. Entrega tu enojo y tus preocupaciones a Dios.
En Salmos 37:8 el Señor nos ordena dejar la ira, desechar el enojo y también que nos abstengamos de hacer lo malo. En las situaciones cotidianas, la ira y el enojo pueden inducirnos a hacer lo malo. Por eso es importante y necesario que le entreguemos al Señor el enojo en el momento en que se produce en nuestro interior, antes de que nos empuje en la dirección equivocada. " La ira en cualquier lugar es locura” (Spurgeon).
Otro factor que puede hacernos propensos al enojo son las preocupaciones. Siempre encontraremos en nuestro camino razones para preocuparnos; algunas muy grandes. Pero antes de que nos lleven al enojo, la impaciencia o la desesperación, podemos tomar la decisión de "no estar afanosos", de "presentar al Señor nuestras peticiones en toda oración y ruego, con acción de gracias" (Filipenses 4:6,7)
Dios ya conoce nuestras peticiones, aún antes de que oremos por ellas; pero Él por lo regular va a esperar por nuestra participación a través de la oración antes de conceder ese deseo nuestro. Pedirle con acción de gracias nos cuida de los lloriqueos, del espíritu de queja delante de Dios. No necesitamos estar ansiosos por nada, podemos orar por todo, y dar gracias por todo.
Leer y meditar: Filipenses 4:6-9 Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario