¡Sigue la aventura! La vida del Señor y su ministerio público fueron realmente apasionantes. Así es la vida que nos ofrece y a la que nos llama: "...yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." (Juan 10:10b).
Hoy nuestra lectura y meditación son en los versículos veintinueve al treinta y cuatro de Marcos capítulo uno: "Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella. Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía. Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían."
"Pedro estaba casado, y él y Andrés vivían juntos (en casa de Pedro) con la esposa y la suegra de Pedro" (Archivald Thomas Robertson).
"Tomándola de la mano..." Donde quiera que Cristo entra, viene para hacer el bien, y de seguro recompensa con buena moneda cualquier obsequio que se le hace. La misma mano que curó a la mujer, la levantó también para darle fuerza, de forma que pudo servirles. Para eso somos sanados por el Señor: a fin de capacitarnos para la obra" (Matthew Henry).
Leer y meditar: Marcos 1:29-34. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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