El Señor volvió a hablar a sus discípulos de su muerte y resurrección que se aproximaban. Era el propósito de su venida al mundo, la mayor expresión de su amor: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Así dicen los versículos de nuestra meditación de hoy: "Iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo. Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer: 33He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; 34y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará".
Mientras se acercaban más a Jerusalén, los discípulos sentían el peligro de su misión. Jesús era un hombre buscado y él iba delante. Por lo tanto, los discípulos se asombraron por el coraje del Señor, y tenían miedo del destino que les esperaba en Jerusalén. Algunas veces no pensamos demasiado en el coraje del Señor Jesús. Necesitó una tremenda cantidad de valentía que Él caminara derecho hacia Su destino en el Calvario, y que caminara enfrente de sus discípulos. Su coraje es especialmente sorprendente a la luz de nuestra frecuente cobardía como Cristianos, con miedo de salir adelante por Él. Él no tenía miedo de salir adelante por nosotros. Al mismo tiempo, los discípulos deben ser elogiados por continuar siguiéndolo. Es cierto que tenían miedo, pero también es cierto que lo siguieron.
El Señor les había dicho que sería crucificado y que resucitaría de nuevo al tercer día (Marcos 8:31). Aquí, en el capítulo 10, relata la primera vez en el Evangelio de Marcos donde Jesús reveló que lo entregarían a los gentiles. Este era un insulto y traición adicional. “El ser entregado a los Gentiles revela que Jesús sería despreciado por sus propios compatriotas, pues los Gentiles son las últimas personas a los cuales el Mesías del pueblo de Dios debiera de ser entregado.” (Lane).
No podemos dejar de estar muy agradecidos por Su extraordinario amor expresado en esa cruz. "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos." (Juan 15:13).
Leer y meditar: Marcos 10:32-34. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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