LA RESURRECCIÓN ES GARANTÍA DE LA REDENCIÓN DEL ALMA
El argumento del apóstol Pablo es este: “Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados” (1 Co 15:17). Pues si Cristo no hubiera resucitado, entonces al sistema cristiano le faltaría la piedra angular y todas las esperanzas que los hombres hemos edificado sobre Jesús se desmoronarían. Pablo dice aquí que si Él no resucitó aún estamos en nuestros pecados, o sea no hemos sido redimidos; entonces no hay salvación, entonces no hay perdón de pecados, entonces ¿qué nos espera? Tratar de justificarnos a nosotros mismos, y según la Palabra del Señor eso no se puede, nadie puede justificarse a sí mismo. Entonces sería la peor noticia para nosotros, no habría esperanza de perdón de pecados, ni de redención, ni de salvación, ni de vida eterna.
La fe que salva descansa solamente sobre la base histórica de la resurrección de Jesucristo de los muertos. Nuestra fe está puesta en Jesucristo, el Señor resucitado, “el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Ro 4:25). La Palabra del Señor dice que por el pecado éramos enemigos, que el pecado es enemistad con Dios. ¡Qué nos íbamos a imaginar que éramos enemigos de Dios! Pero a través de la redención fuimos reconciliados con Dios, “reconciliación”, ¡qué hermosa palabra! Romanos 5:10: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.”
Lee y Medita: Romanos 5:6-11. Responde las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es la idea central del pasaje?
- ¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Hay un mandato o promesa para mí?
- ¿Hay pecados que tengo que abandonar?
- ¿Qué compromisos me pide Dios hacer?
- ¿Hay ejemplos que debo seguir?
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