El miedo puede bloquear nuestra fe (Mateo 14:30: "Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!") El miedo es lo opuesto a la fe. Ahora, sentir miedo ante situaciones amenazantes, es normal; el Señor nos diseñó con la capacidad de sentir emociones. Lo importante es que lo procesemos adecuadamente, entregándoselo al Señor, recordando lo que dice Su Palabra: "...el amor echa fuera el temor..." (1 Juan 4:18). Poner los ojos en las circunstancias nos hace dudar. Pedro se hundió al ver el viento fuerte después de andar algunos metros sobre el mar. Debemos poner los ojos en el Señor. Hebreos 12:2: "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."
Leer y meditar: Mateo 14:22-29. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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