El precioso relato de Marcos capítulo uno, nos muestra el encuentro de un leproso con el Señor (Marcos 1:40-45). La condicón de ese hombre era extrema, desesperada; porque ser leproso en el contexto de Israel en ese tiempo, no era únicamente ser enfermo. Era también ser marginado, excluido de la práctica religiosa (no podían ir al templo) y de la sociedad. Implicaba una vida de ruina porque no podía trabajar, implicaba rechazo y vergüenza. Pero el leproso vino al Señor con esperanza, fe y humildad, y fue escuchado, sanado y restaurado.
El versículo 41 dice "Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio." (RVR1969). En la versión RVR2017 dice "Y, movido a compasión, Jesús extendió su mano..." "Este detalle es añadido por Marcos, para mostrar que el poder de Cristo es usado por su compasión para llevar consuelo y alivio a los pobres mortales. Nuestra miseria nos constituye en objetos de su misericordia. Y lo que hace por nosotros lo hace con la mayor ternura posible" (Matthew Henry)
Leer y meditar: Marcos 1:40-45. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar
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