En los versículos 38 a 41 de Marcos 9 encontramos a los discípulos frente a otra situación que no sabían manejar adecuadamente: "Juan le respondió diciendo: "Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. [39] Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. [40] Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. [41] Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa."
Este hombre echaba demonios en el nombre de Jesús y que no iba con el grupo de los apóstoles. Notemos que en ningún momento se pone en duda el hecho de que realmente echaba fuera los demonios. No se trataba aquí de un falso exorcista como los hijos de Esceva que Pablo encontró en Éfeso (Hechos 19:13-16). Por lo tanto, era alguien que estaba siendo usado por el Señor para liberar a las personas del poder de Satanás. Tampoco se menciona que estuviera enseñando ninguna falsa doctrina, o que viviera en pecado. Además, por la forma en la que trataba el "nombre de Jesús", y por la referencia que el Señor hizo más tarde de él, podemos pensar que con toda probabilidad se trataba de un verdadero creyente, y no uno de esos exorcistas a los que Jesús condenó (Mateo 7:22,23).
La actitud de los discípulos quedó clara: ellos se sentían orgullosos de contar con el monopolio absoluto de Jesús. Cuando los apóstoles fueron enviados a predicar, el Señor les dio poder y autoridad sobre los demonios (Marcos 6:7). Esto los llevó a pensar que tenían la exclusiva y que eran los únicos colaboradores de Jesús en la obra del Reino. Así que, cuando vieron a alguien que no era de este grupo reducido haciendo lo mismo que ellos hacían, creyeron que era inapropiado y trataron de impedírselo. No estaban dispuestos a reconocer a nadie que no perteneciera a su propio grupo. Se manifestó una actitud sectaria. El motivo por el que los discípulos le prohibieron que siguiera echando fuera demonios fue que él no los seguía a ellos. El Señor les corrigió esa actitud: "Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. [41] Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa."
Leer y meditar: Marcos 9:33-37. Responda las siguientes preguntas:
-¿Cuál es la idea central del pasaje?
-¿Qué me enseña acerca de Dios y mi relación con Él?
- ¿Existe un mandato o promesa para mí?
-¿Hay pecados que tengo que abandonar?
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